Criterios de selección

En Os Goliardos, proponemos vinos con tipicidad y sin artificios, con respeto por su tierra y sus gentes. Son vinos que importamos, exportamos, distribuimos y comercializamos en varios países, en una selección hecha de nomadismo vínico desde 2005 (en verdad ya habíamos comenzado a beber antes..). Son cerca de 700 referencias de vinos de 7 países.

Para seleccionar, investigamos y leemos mucho, y probamos aún más. Cuando los vinos nos encantan, vamos a conocer al productor y el local donde se produce. La verdadera selección es aquella que se hace a lo largo del tiempo, en relación con el productor y con sus vinos. Trabajar con un productor no es sólo vender sus vinos, se trata de establecer una relación en la que compartimos un enfoque y un estilo de vino, apoyamos el proyecto y el camino, con éxitos, piedras y caídas, con años más difíciles y otros más logrados, pero con una dirección coherente y verdadera.

Vinos para beber: Vinos que dan placer al beber, vinos únicos con carácter y energía, de perfil seco y fresco, digestivos, delicados, expresivos, lejos de la banalidad de las mermeladas comerciales. Son vinos gastronómicos, que no se imponen en la mesa, y crean un diálogo con la comida. Y con nosotros también.

Vinos naturalmente artesanos: Son vinos hechos principalmente en la viña, con una viticultura exigente, mayoritariamente producidos en biológico, algunos en biodinámica, una vinificación con poca intervención y un envejecimiento en madera pero que no esconde la materia prima. Vinos sin maquillaje, lejos de los vinos-Barbie tecnológicos hechos siguiendo un protocolo enológico que los uniformiza y los vuelve insípidos. Vinos hechos de un modo más artesanal y natural, con talento, pasión y conocimiento del productor, de modo que puedan expresar el lugar de origen y una estrecha relación con la tierra cultivada.

Humanismo: Vinos con humanismo y conocimiento, insertados en una historia y en una geografía, porque el vino es la celebración de la civilización, con apertura, debate, profundidad y mucha alegría.

Vinos sin fronteras: Una diversidad sólo posible con vinos singulares, diferentes y únicos, que nos hacen viajar por diferentes territorios. Vinos sin fronteras, en favor del intercambio cultural, porque la viña nunca tuvo fronteras, exceptuando las mentales, y porque toda expresión humana, desde la literatura hasta la culinaria, de la ciencia a la música, sólo ganarán con el intercambio entre diferentes personas que compartan una misma pasión, en este caso por la tierra y el vino.

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